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Ahora, sólo ahora veo que los reflejos se van; se pierden en nuestros ojos o nuestros labios al no ser nombrados. No reflejamos la voz, mucho menos nuestro rostro y sentimos que ya nos estamos yendo. Ignoramos hacia dónde, sólo sabemos que tal vez nunca nos encontremos; porque nadie se baña dos veces en el mismo recuerdo que no es un río, tampoco será cascada de la que bebamos para sentir – por un momento estúpido – que nos lavamos el alma o los secretos. Y sin embargo, nos empeñaremos en volver; pues somos tan ingenuos al pensar que se puede lavar la sangre mediante el recuerdo; una nostalgía que nos irá devorando la carne hasta comprender la inevitable movilidad del tiempo. Ergo si muove, y nosotros también con el mundo, rotamos sobre nuestros recuerdos mientras la mente traslada en otros cuerpos.
Iván Vázquez
Puff! Cuánta nostalgia por lo que estuvo -y añoramos- regrese en "otras" múltiples formas.
ResponderEliminarLa memoria no sólo la llenamos de recuerdos, a veces tropieza con la prosa y hace proliferar la fantasía. Finalmente, hay veces que de tanto decir una mentira se vuelve realidad...
NI QUE LO DIGAS!!! A VECES, VIVIR EN LA MENTIRA O LA FANTASÍA PROPIA TRAE CONSIGO LAS PESADILLAS MÁS GORE QUE PUEDAN ACECHAR EL SUEÑO...
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